Aldrin Mirr Andeborov

Mi nombre es Aldrin Petric Mirr Andeborov Paladini, y vengo de Rusia. He sido convocado por uno de mis más cercanos amigos, amo y señor de la noche, el alcohol y las patadas voladoras, El Tanke Ninja-Gaucho. En principio, antes de presentarme formalmente, quisiera contarles la historia de como conocí yo a este héroe patagónico que nos reune ahora para combatir la cordura social.

Aqui con mis muchachos mientras parabamos para tomar un scotch y disfrutar de la alegría de vivir

En el año 1968, durante la Segunda Guerra Franco-Bañata, me encontraba al mando del 23º pelotón ruso de salpicadores de atun, y mi misión era atravesar la llanura bañatense y llevar a mis hombres hacia el otro lado de la isla, para conseguir asi provisiones y atun, que nos sería provisto por una desconocida banda de asaltantes voluntarios que habian decidido apoyar al Conde de Gativideo en Miramar, contra las petacas de la muerte. Una vez que logramos nuestra mision luego de 78 horas de caminata alrededor de la isla hasta encontrar "el otro lado" de ésta (ya que no se nos habia aclarado que esta expresion implicaba cruzarla en linea recta), me encontré con esta banda de ninjas-gauchos voluntarios, quienes nos esperaban con más provisiones de lo que imaginabamos, y con un barco que nos llevaría directamente a las orillas del Japón Patagónico Argentino, concluyendo asi nuestra mision, y la guerra, posteriormente. Cuando me dirigí a uno de los voluntarios para pedirle que me lleve con su jefe, me encontré directamente con El Tanke, quien habia estado a cargo del grupo durante toda la guerra. Se presentó y me comentó que sus hombres eran verdaderos seguidores de mi trabajo, en especial el que realicé en 1925, en Cabo Niorsju. También me pidió que le realizara sexo oral, a lo que reí pensando que era solo un chiste pasado de grosero, pero el mismo Maestro Ninja-Gaucho se echó a llorar, exclamando que nadie lo quería. Cuando llegamos a Argentina, le regalé una noche con una prostituta amiga de mi hermana, lo que significó para él un gesto de condolecencia mayor, y desde ese día, me consideró su más cercano amigo.

Aqui uno de los hombres de El Tanke, repartiendo el atun a mis soldados

No tengo mucho para decir de mí. Soy un tipo generoso, pero no al punto de soplarte la quena de onda. Ni de onda, ni por plata. Espero poder contribuir pronto con la liguilla que me ha prometido formar el mismo Tanke, y con este blog, al que agregaré de vez en cuando, alguna que otra efímere o anécdota histórica. Salsacreblú y a la perimetral con sabor y candor! Mesamís! A.P.M.B.P. de Benavidez